
Me mueven la música, el arte, la naturaleza, las personas, y todo lo que hace que este viaje
merezca la pena. Me es inherente la necesidad de conocer más allá de las primeras impresiones e involucrarme para dotar de la máxima autoridad posible a mi discurso, que
refleja, a la vez, mis propios valores. Utilizo la cámara como altavoz de las causas que
defiendo y con las que estoy comprometida, y comparto mi visión sin domesticar de un
mundo que no puede esperar más los cambios que se le niegan.
En medio de un sistema de forzada fugacidad, creo en la fotografía como herramienta para
dotar de eternidad aquellos instantes que merezcan ser contemplados e inviten a la
reflexión y el cuestionamiento. El nivel de satisfacción con el que termino mis proyectos va
íntimamente ligado a la conexión personal que alcanzo con el tema o los protagonistas.
Aunque me siento cómoda en estudio, mi escenario fotográfico predilecto es el documental,
que me permite explorar múltiples capas de una misma historia, hasta (casi) saciar mi
curiosidad.